lunes, 1 de agosto de 2011

Un caos en la cabina, en el desastre de Air France

"¿Qué piensas? ¿Qué piensas? ¿Qué debemos hacer?" Al copiloto de Air France, de 37 años, con más de 6000 horas de vuelo, se le estaban acabando las ideas mientras una alarma de pérdida de velocidad bramaba en la cabina del Airbus por sexta vez en exactamente dos minutos, según reveló anteayer un informe de la autoridad aeronáutica francesa.

Su colega, con dos años en el puesto, estaba desesperado mientras luchaba para controlar la velocidad del avión y evitar que se sacudiera de izquierda a derecha sobre el océano Atlántico, en su segundo viaje Río de Janeiro-París como piloto del A330. "No tengo ningún control del avión", dijo el piloto, de 32 años.

El capitán no estaba presente y estaba resultando difícil hacer que volviera a la cabina, donde sus más de 11.000 horas de experiencia de vuelo eran tremendamente necesarias. "¿Va a venir?", preguntaba el copiloto senior, de acuerdo con una transcripción divulgada anteayer de la investigación del accidente ocurrido el 1° de junio de 2009.

El capitán, de 58 años, se había ido hacía diez minutos para un descanso de rutina. En su ausencia, el avión había empezado a caerse a más de 200 kilómetros por hora.

"Hey, ¿qué.... están haciendo?", dijo al ingresar a la cabina. "No sé, no sé lo que pasa", respondió el copiloto.

Con la ayuda de las cajas negras, halladas a 4000 metros de profundidad hace dos meses, los investigadores ahora afirman que la aeronave dejó de funcionar apropiadamente e ingresó en una peligrosa pérdida, mientras sus alas buscaban desesperadamente aire.

Los pilotos movieron las palancas de control en todas las direcciones durante su agonía de cuatro minutos, y en ocasiones se contradijeron mutuamente mientras intentaban salvar al avión y a sus 228 ocupantes.

En un momento, no pudieron discernir si ascendían o caían luego de haber volado por minutos por una muralla de partículas de hielo que bloqueaban los sensores de velocidad del avión. En total, la alarma de pérdida de velocidad sonó 11 veces, la última de las cuales sólo fue anulada por una nueva y más terrible orden de "frenar", mientras a los pilotos se les terminaba el tiempo y el espacio para recuperarse.

Los investigadores aún están perplejos sobre por qué los pilotos ignoraron la alarma triple, una voz sintética que decía "entrando en pérdida" y una luz de alarma.

Ahora se trabaja sobre la teoría de que los pilotos se recuperaron torpemente de un problema que tenía que ver con el hielo, sólo para caer en otro, que resultó su perdición. Sin embargo, Air France niega eso y afirma que los instrumentos se descompusieron. La empresa afirma que el avión mareó a los pilotos con una "trampa" provocada por advertencias erráticas.

Fuente: La Nación (Argentina)

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